23 de septiembre de 2015

Santander, ciudad fetiche

La capital de Cantabria está relacionada con algunos de los éxitos más importantes en la historia reciente del deporte español. Seguramente el mayor de todos se produjo del 21 al 23 de julio de 2000, cuando la península de La Magdalena albergó las semifinales de la Copa Davis frente a los Estados Unidos, la primera potencia del mundo. Con 14.000 personas en las gradas, el equipo capitaneado por el mítico John McEnroe sucumbió por un humillante e inimaginable 5-0 ante la España de Albert Costa, Álex Corretja y Juan Carlos Ferrero. El tenista valenciano se convirtió en el héroe de la final tras batir a Patrick Rafter y Lleyton Hewitt en la final del Palau Sant Jordi. Fue la primera Ensaladera para el tenis español.


33 años hubo que aguardar para retornar a una final de la Copa Davis (1967) y 44 para reconquistar el cetro del fútbol europeo (1964). El 4 de junio de 2008, la selección española disputó su último partido de preparación para la Eurocopa de Austria y Suiza en los Campos de Sport de El Sardinero. Ni los más optimistas hubieran imaginado que aquel encuentro, de nuevo ante los Estados Unidos (1-0), fuese la antesala del relato más glorioso jamás contado para el fútbol patrio. Tres semanas más tarde, la selección comandada por Xavi Hernández (autor del gol en Santander) y dirigida por el gran Luis Aragonés cambiaría el rumbo de la historia en el Ernst Happel Stadion de Viena con el recordado tanto de Fernando Torres.


La tercera estación de este recorrido aún permanece en la memoria de los aficionados al baloncesto de nuestra comunidad. El 15 y 16 de agosto de 2015, la selección de baloncesto apuraba su puesta a punto para el Eurobasket con una mochila vacía de grandes expectativas. El interminable listado de ausencias no fue un obstáculo para que se desatara la locura en la capital autonómica, atraída por la presencia del mejor jugador nacional de todos los tiempos. En torno a 6.500 espectadores vivieron los triunfos ante Polonia (71-64) y Senegal (96-49) en un colapsado Palacio de Deportes, tan solo dos semanas antes de que la expedición partiera rumbo hacia Berlín. El resto de la historia ya lo conocemos.



MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org