28 de septiembre de 2015

Copa EBA: segundo round

Apuntes del Pas Piélagos 72-76 CD Estela

Días del futuro pasado:  Las intenciones de José Ignacio Álvaro han quedado plasmadas sobre la pista. El entrenador pielaguista ha apostado por un equipo eminentemente físico, con unos jugadores que poseen una extraordinaria capacidad atlética. Esa versatilidad le ha permitido apostar al Pas Piélagos por los cambios prácticamente automáticos en todos los bloqueos directos, sin que eso significase la pérdida de los emparejamientos individuales. Sus virtudes defensivas han alcanzado el punto culminante en el inicio del cuarto periodo, cuando los renedanos han desbordado en todas las facetas del juego a un CD Estela que no daba crédito con lo que sucedía sobre la cancha (67-54). El nivel de espectáculo de esos minutos (con un rosario de mates a cargo de Julio de Assis y Pape Abdoulaye) ha disparado el entusiasmo de los aficionados locales, encantados con la versión 2.0 de Sam Seck+Chris Bart-Williams.


El edificio se viene abajo:  Los minutos de brillantez han quedado sepultados por un desplome final que ha puesto al descubierto las carencias de la escuadra renedana. En concreto, una: la dirección. El entrenador pielaguista le ha concedido el bastón de mando a David García Peña, en lo que parece un intercambio de puntos por asistencias (recital en toda regla en este último apartado). Con el 10 en el banquillo, el testigo lo ha recogido Raúl González, en una función para que la que no ha sido destinado y que pone en evidencia el (de momento) fichaje fallido de Josep Alemany. Ha sido el principio del fin para el Pas Piélagos y el asidero al que se ha agarrado desesperadamente el CD Estela para iniciar una sorprendente remontada, justo cuando agonizaba. En esos momentos, sus dos figuras estelares, Jaime García y Pablo Sánchez, han justificado sobradamente su condición de jugadores franquicia.

Por el camino corto:  De tres en tres ha sumado el cuadro santanderino cuando sus rivales le apretaban el cuello. Los triples de Jaime García (el primero desde el parking), Pablo Sánchez, Quique Rivas y del disciplinado Riley Stockton han dibujado una versión cantbasketiana del CD Estela. Iván Amo ha conformado un perímetro de absolutas garantías, seguramente la envidia de la categoría, con los dos jugadores cántabros a la cabeza (no exentos de cierto espíritu libre en ataque). Pincha, sin embargo, en la elección de los estadounidenses, o al menos en uno de ellos, Hikeem Champaigne (el más alto de los dos), cromo repetido del más que aprovechable Paul Larsen. Con escasa capacidad para crearse sus propias canasta en ataque, el equipo de Chisco Marañón se encuentra manifiestamente huérfano en posiciones interiores. La sombra de TJ Robinson parece alargada. Fotografía | David Cuesta para el Pas Piélagos


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org