1 de mayo de 2014

De dos en dos

Apuntes del EM Piélagos 76-66 CB Solares

Nada por aquí:  De los 17 jugadores que saltaron a la cancha, uno lo hizo ataviado con un gorro cónico, una túnica de estrellas y una varita mágica. Su nombre es Carlos Sepúlveda, alias Puchi, y es el base solariego que mantiene un acuerdo irrenunciable con el espectáculo baloncestístico, ya sea sorteando rivales como puertas (al más puro estilo Alberto Tomba) o suministrando a sus compañeros con la mirada hacia los tendidos (cual Michael Laudrup). Con su dirección y la fantástica aportación de Alfonso Navarro bajo los tableros (no iba a ser menos que la hermana), los solaristas se hicieron con los mandos del encuentro en el primer (16-21) y en el tercer parcial (47-55). Los visitantes parecían determinados a tomarse la revancha de la final de 2013, ante el mismo rival y en el mismo escenario.

Nada por allá:  El polivalente Nichita Gherganov fue quien proporcionó la primera respuesta con dos triples en el arranque del encuentro. El relevo lo tomó Diego Sánchez, alias Chiches, con siete puntos en los instantes posteriores; el poste renedano se lució con una asistencia de espaldas, cual colocador de voleibol. Los problemas llegaron a partir del tercer periodo con la acumulación de faltas personales. La tercera redujo sensiblemente la presencia en la cancha de Adrián Solórzano (minuto 19), Raúl Gómez (minuto 22) y Nichita Gherganov (minuto 23). La epidemia se extendió con posterioridad por el bando visitante con la tercera de Carlos Sepúlveda (minuto 25) y la cuarta de Patricio Cobo (minuto 32), jugador insustituible en los esquemas del equipo de Medio Cudeyo. Fue el principio del fin.


Factor diferencial:  Con los VIP amenazados con la eliminación, el turno fue para los hombres de banquillo. Y desde ahí emergió la figura de la final, el pielaguista Jorge San Emeterio, que anotó tres lanzamientos desde la línea de tres en tres momentos capitales: con el agua a la altura de la yugular (44-51), en pleno proceso de persecución (51-57) y al asalto del adversario (56-57). Su efecto psicológico se multiplicó con los correspondientes gritos de ¡¡¡vamos!!! Los solaristas se quedaron sin capacidad de respuesta y sus opciones de reacción murieron en la línea de personal (ocho errores en el último periodo). Con un parcial de 29-11 en el último round, el título de liga se quedaba, por segunda temporada consecutiva, en tierras pielaguesas. Fotografía | David Cuesta para el Pas Piélagos


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org