Catarsis pantiana: Los donostiarras aterrizaron en tierras pielaguesas con paso firme y fieles a su estilo, presión defensiva a toda pista y transiciones rápidas encabezadas por un tren de mercancías llamado Iñigo del Valle (18 puntos), quien resquebrajó con una facilidad insultante al cuadro local, traducido en el electrónico en un escalofriante 2-27. Ángel Abascal agotaba sus tiempos muertos en los albores del primer acto, pero las cosas se ponían aún peor en el segundo, rozándose estrepitosamente el ridículo (8-36). Cuando se atisbaba tormenta, se produjo la mayor catarsis deportiva de la era Panta: impartiendo una heroica lección de baloncesto puro y duro, dieron la vuelta al marcador en apenas diez minutos de juego reglado (54-53) y, cual resurrección del ave fénix, emergieron de sus cenizas, ofreciendo un espectáculo imborrable para los allí presentes.
Llegó, vio y venció: Edu Ruiz era el nombre propio del partido, volvía a vestirse la elástica azul y su técnico le otorgaba roles de capitán general al saltar a la pista como center titular. Comenzó frío, superado por el ambiente y desconcertado en ambos lados de la pista, como el resto de sus compañeros. Sin embargo, el paso por el banquillo templó sus nervios y se pudo ver la mejor versión del pivot made in Las Presillas: vital colaboración en el rebote y buena mano lejos del aro, se ganó al respetable con una actitud encomiable. Le resta adaptación a la competición, producir en el poste bajo y no abusar del bote, circunstancia que se paga con balones perdidos en esta liga. No se debe esperar de él tanto acierto de cara al aro, su mera presencia acrecentará el trabajo e intensidad de Fernando Herrero desde los entrenamientos y presentará una variante táctica muy interesante con ambos centers en pista.
Creer es poder: Es tener por cierto algo que el entendimiento no alcanza sin más conjeturas. Un equipo que anota cuatro puntos en el primer cuarto y 87 en los tres restantes; un conjunto que pierde por 28 puntos y es capaz de endosar un parcial de 46-17 a su rival sin pestañear para ponerse uno arriba; un cuadro que deja ojiplático, taciturno y cariacontecido a Gotzon Arrieta, un entrenador con más de 40 años de experiencia en los banquillos y con un pasado en la élite del baloncesto nacional; un combinado que anota 91 puntos a la mejor defensa de la competición hasta la fecha, que captura el doble de rebotes (38-19) y se permite el placer de robar 16 balones como guinda... las cifras pocas veces muestran con tanta claridad lo que ocurrió el pasado domingo en el Pabellón Fernando Expósito, sin duda alguna uno de los capítulos más brillantes de la historia pielaguista en la Liga EBA.
JOSÉ ÁNGEL DURÁN AGUIRRE | www.algosemueve.org
Fotografía | David Cuesta para el Pas Piélagos
