El club vivió inmerso en un proceso de cierta convulsión en los orígenes de la campaña. Con el proceso de configuración de la plantilla concluido, el laredano Alberto Miguel se benefició de una clásusula de escape para porner rumbo a la LEB Oro. Su decisión acabaría siendo tan contraproducente en el apartado deportivo como salvadora en el económico, con un anuncio de recortes en las subvenciones a la vuelta de la esquina. El club se recompuso con el retorno de dos hombres de su confianza, Jorge Gajate y Miguel Ángel Blanco, pero no actuó de la misma manera casi dos meses más tarde tras la fuga de César Sañudo, seguramente por el estrangulador yugo de los resultados económicos.
El santurtzitarra Edu Hernández puso la primera piedra en el camino pielaguista con una canasta sobre la bocina en el Fernando Expósito (76-78). Los renedanos se sobrepusieron con determinación en la pista de uno de uno los grandes favoritos, el Zornotza Saskibaloi, pero lejos de suponer el punto de inflexión de la temporada, semejante victoria fue el inicio de su desmoronamiento: el CD Estela (61-92), el Universidad de Valladolid (109-88) y el UPV Álava (61-81) encendieron las alarmas renedanas (1-5). Los pasistas reaccionaron con juego y resultados ante sus aficionados (seis triunfos en sus últimos ocho partidos), pero todo el crédito ganado como locales se esfumaba una semanas después como visitantes.
Los destacados
En el apartado individual, dos hombres incombustibles como Miguel Ángel Blanco y Tato Neila han sostenido los cimientos de la nave renedana en los momentos más delicados de la campaña. El paso de las jornadas le ha permitido a Jorge León aumentar paulatinamente su protagonismo en el equipo, hasta el punto de acabar con unos números más que meritorios (13'0+7'7). Más discreta, aunque también creciente, ha sido la participación de David García Peña (16'0 puntos y líder del grupo en asistencias, ¿estamos siendo injustos con él?) y de los jugadores de banquillo, que a pesar de la enorme confianza que les ha depositado su entrenador, no han dado el paso al frente que su equipo necesitaba.
A partir de ahora, llega el momento de la reflexión en los despachos. Indudablemente, todas las decisiones que se tomen estarán condicionadas por las restricciones económicas que imperarán tras la desaparición de las subvenciones a los equipos nacionales (¿y si la Liga EBA deja de ser nacional?). Con ese punto de partida, será turno para el análisis de las responsabilidades y en este apartado, y con todos los precedentes que hemos relatado, lo más sensato parecería repartirlas, mas que centralizarlas en uno o en dos individuos. La decisión final corresponderá a los directivos del club pasista, en uno de los (seguramente) veranos más difíciles de su trayectoria. Fotografía | David Cuesta para el Pas Piélagos
MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org