23 de abril de 2013

Campeones de todo

Nueva lección de Álvaro:  Solo analizando fríamente la complejidad de la temporada pasista, con bajas esenciales en el plantel de la generación del 95 como el lesionado Óscar Ruiz, Jaime Nebot o Rodrigo Panella, alcanzaríamos a descifrar el mérito inconmensurable de la hazaña realizada. La formación es el óbice de este proyecto, destacando la progresión de jugadores a la sombra, en segunda línea de fuego hasta la vigente campaña, como Raúl Gómez, Diego Sánchez, Juanjo Serrano, Diego Pérez Nava o los cadetes Nichita Gherganov y Álex González, con la complementaria capacidad de reconstrucción inherente a la figura del entrenador. Además, paseo militar en las fases regulares, tanto de liga como de copa, y doblete histórico con una plantilla inferior a la mostrada en sus anteriores entorchados. Los puristas hablan de vieja y de nueva escuela en los banquillos, pero la realidad es que solo existe una escuela y José Ignacio Álvaro sigue impartiendo docencia durante los cuarenta minutos.

Justo vencedor:  Desde el salto inicial, el CB Solares emergió concentrado y entonado, logrando las primeras ventajas claras (2-9). Los solariegos desatendieron los esquemas implantados en los albores de la campaña, en los que la presión asfixiante a toda pista les proporcionaba marcadores centenarios, y padecieron la incuestionable nostalgia de la presencia de Ángel Abascal como director de los grandes hitos de generaciones pasadas. La igualdad presidió el envite (35-35) hasta que un arreón local, irreconducible por los pupilos de Manel Lebrón, dejó el electrónico con un 67-53 restando apenas cinco minutos para el final del partido. A la desesperada y descorsetados tácticamente, apareció el inmenso potencial ofensivo solarista con la verticalidad por bandera. Un tiro estratosférico de Adrián de la Fuente les situaba a tres puntos en el último minuto (77-74), pero la mayor experiencia pasista en estas lides impidió cualquier atisbo de remontada final.


Protagonistas:  Iván Saiz (MVP) encestó 24 puntos, incluidos los dos tiros libres decisivos, y desplegó una impresionante amalgama heterogénea de movimientos ofensivos, ¡¡jugón!! Sergio García, el jugador franquicia solariego, no tuvo su mejor partido a pesar de anotar 18 puntos, quizá excesivamente influido por el ambiente: es un alero de extraordinarias dimensiones y con un futuro espléndido, esta amarga experiencia le servirá para seguir formándose de cara a nuevos retos. Rodrigo Devega (desde el banquillo en los dos partidos) cambió el sino del envite con una personalidad impropia para su edad. Destacable fue la labor de Luis Portilla (13) y Alfonso Navarro (15) como estandartes de la generación del 96. Un escalón más ascendió el cadete Alex González (14), el chico pulcro y aseado, no comete errores y es un competidor nato. La mención final se la merece Luisito Hurtado, genio y figura, representante incuestionable de los campeones de todo. Fotografía | Federación Cántabra de Baloncesto


JOSÉ ÁNGEL DURÁN AGUIRRE | www.algosemueve.org