6 de junio de 2012

¿En qué pensarán nuestros camaradas?

Tras la Asamblea del pasado sábado en Madrid, decía el presidente de la FEB que su institución debía dar un paso hacia la empatía con nuestros clubes, que están padeciendo las dificultades que afectan a la economía mundial. Unos días más tarde y con las bases de competición en la mano, podemos hacer una de estas dos afirmaciones: o bien que el señor Sáez desconoce el significado de las palabras que utiliza (no lo creemos en una personalidad de su calibre) o bien que sus declaraciones fueron un ejercicio de cinismo muy acorde con los tiempos actuales: que la realidad no te estropee un buen discurso.

De lo que no cabe ninguna duda es que la Liga EBA 2012-2013 será más cara, al menos para los conjuntos encuadrados en la conferencia norte. El sistema de competición de la próxima temporada contempla la posibilidad de que se amplíen los subgrupos A-A y A-B de 12 a 14 equipos. Con esta variación, la liga sumaría cuatro jornadas más (es decir, un mes extra de competición) y dos desplazamientos adicionales. ¿Será una medida precautoria ante la posible desaparición de la LEB Plata? No es una teoría nuestra (lástima, ya nos hubiera gustado), sino del afamado twittero sabista @eljenar.

Los detalles sobre el desarrollo de la competición no se han desvelado y dependen de los acuerdos a los que lleguen las federaciones autonómicas (gallega, asturiana, cántabra, castellana, vasca, navarra y riojana). Lo que sí sabemos es que las dos eliminatorias finales han pasado a mejor vida y que serán reemplazadas (como anhelaba el CB Santfeliuenc) por cuatro liguillas de ascenso en régimen de concentración. Los líderes de los grupos con mejor ranking tendrán la oportunidad de organizar la fase, previo paso por taquilla. Si no lo hacen, la suerte recaerá sobre el segundo mejor clasificado, y así sucesivamente.

¿Por qué se creen sensibles?

El discurso de la FEB se construye sobre la reducción de los avales en todas las categorías federativas. En la Liga EBA han pasado de los 25.000 euros del curso anterior a los 20.000 del siguiente. La medida permitirá a los clubes franquear con mayor facilidad una de las principales barreras de acceso a la categoría. Pero no nos engañemos: por una parte, la FEB no va a dejar de ingresar 5.000 euros por equipo y, por otra, los clubes tampoco van a ahorrarse 5.000 euros por temporada, porque los avales se devuelven a 30 de junio (siempre que se encuentren al corriente en sus pagos, naturalmente).

La mayor reducción se ha llevado a cabo en la LEB Plata, donde la rebaja ha alcanzado el 56%. Esta decisión ha provocado una catarata de reacciones entre los jugadores profesionales, que se consideran hoy más desprotegidos que nunca. En este sentido, serían interesantes dos reflexiones: la primera, sin equipos no hay jugadores; la segunda, más que en los avales, los jugadores y entrenadores deberían centrar sus esfuerzos en la consecución de un fondo de garantía salarial, como el que impera en el fútbol español, aunque para ello sería necesaria la presencia de un Rubiales baloncestístico. Habrá que buscarlo.

Cosas que no cambian y que sí

Lo que no bajan son los derechos arbitrales. Se trata de una noticia ciertamente sorprendente, ya que en el seno del colectivo se daba por descontado un descenso en las cantidades (nada que ver con los hachazos que se han perpetrado en esta comunidad las últimas cinco temporadas). El recibo arbitral se mantiene en los 400 euros por partido (140 por árbitro y 26 por anotador, una diferencia sonrojante), así como los gastos de viaje, de manutención (hasta 27 euros), hotel (hasta 75) y pernocta (hasta 53), si hubiera lugar a aplicarlos. Buena parte podrían fulminarse con listas y designaciones más coherentes.

A todo esto, existe una variante que la FEB ha ignorado: el desplome de las subvenciones públicas. Algunas instituciones han anunciado su intención de cerrar el grifo a las entidades deportivas, otras han anticipado que recortarán notablemente las cantidades previstas y unas terceras (y lo que es peor aún) dan la callada por respuesta. Con este panorama, si conviniéramos en que la reducción media rondará el 30% (por ser generosos), sería necesario que la FEB aplicara esa misma rebaja para que el esfuerzo económico fuese idéntico. O lo que es lo mismo: la liga podría ser más cara incluso siendo más barata.

Con este panorama, a los clubes solo les quedarán tres salidas: una utópica, encontrar nuevas fórmulas para captar ingresos (como los imaginativos circuitos, jamones, bufandas y barracas); otra presumible, el recorte de los gastos (con el evidente peligro para los salarios de los jugadores); y otra más drástica, mandar todo a paseo y empezar de cero desde la Primera División. Este el auténtico panorama, no ya del baloncesto español, sino del deporte nacional, más allá de las empatías, los discursos y las asambleas. Y es que los problemas no desaparecen ni cuando se ignoran ni cuando se ocultan, camaradas.



MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org